miércoles, 20 de marzo de 2013

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Hoy en día con las redes sociales y por motivos de acortar conversaciones, usamos mucho la palabra amigo, algo que hace que se devalué el significado de ser amigo de alguien. Y digo esto porque muchas veces usamos en la vida moderna un montón de palabras arrancadas de su entorno natural, haciendo que no valga lo mismo que hace tiempo.
 
Antes cuando decías que alguien era tu amigo te referías a una persona cercana a ti, con la que salías, compartías cosas, crecíais juntos y muchas más cosas. Actualmente al referirte a una persona como amigo puede significar que le tienes agregado a una red social, que es un conocido pero prefieres decir que es un amigo porque suena menos distante.
 
Pero pensemos un momento, de verdad un amigo es solo la persona que sale contigo de fiesta, consideras un verdadero amigo a la gente que se pasa las noches de fiesta en tu compañía. O llamas amigo a alguien que cuando estas pasándolo bien puede estar a tu lado, pero que cuando lo pasas mal seguro que esta junto a ti.
 
Es muy fácil ser amigo de alguien en los buenos momentos, todos somos geniales cuando nos lo estamos pasando bien y la palabra amigo en estos casos es muy rápida de usar. Pero una persona de verdad es tu amigo cuando prefiere estar a tu lado en los malos momentos que pasándoselo bien por ahí.
 
Es un buen amigo cuando antes de juzgarte se interesa por lo que te ha pasado y que te ha llevado a hacer ciertas cosas. Es un amigo cuando te critica más duramente que nadie, pero también cuando le resta importancia a las cosas que ve que te están hundiendo. Es un amigo cuando te abofetea para que veas la realidad, pero nunca deja que nadie te ponga la mano encima.
 
De verdad es un amigo cuando puedes pasar seis meses sin hablar con esa persona, y un día hablas y es como si ayer mismo hubierais estado juntos. Un amigo no te hace sentir incomodo cuando tu eres tú mismo, pero procura siempre que mejores tus modales, te trata de ayudar para que no parezcas estúpido, aunque eso haga que te enfades con él.
 
Realmente un amigo se conoce en las adversidades. Como he dicho antes ser amigo de la gente resulta muy sencillo cuando todo va bien y no hay problemas a la vista, cuando las cosas más complicadas que hacéis es decidir cuál es el siguiente bar al que ir donde pasarlo bien. Pero la verdadera prueba para un amigo es mantenerse firme en los malos momentos.
 
Un gran amigo estará siempre a tu lado, pase lo que pase y siempre que tú le trates igual, porque si no hay un respeto y un cariño mutuo no se puede conservar a un amigo, por mucha paciencia que este tenga. Y es que realmente es verdad lo que dicen que un amigo es un tesoro. Llena tu vida, es un apoyo, alguien con quien reír, llorar, compartir, un amigo es el primero de tus hermanos que no te viene impuesto.
 
Un amigo puede ser para toda la vida, pero solo si es de verdad. La gente que dice ser un buen amigo pero que a las primeras de cambio te deja colgado, no lo es. Los que presumen de que lo son, no confíes, un amigo se demuestra con el tiempo, no con las palabras.
 
A las personas que no paran de decir mi amigo esto, mi amigo lo otro, pararos a pensar, de verdad consideras un amigo a alguien al que no le confiarías tu vida. Yo se que alguien es mi amigo porque dejaría mi vida en sus manos, puede que no fuera capaz en muchas situaciones, o se viera superado, pero tengo por seguro que haría todo lo que estuviese en su mano y mucho más allá por salvarme.
 
Yo a mi amigo le pido sinceridad, y así le correspondo. A mi amigo le pido confianza y así se la doy. A mi amigo le pido su amistad y yo se la ofrezco. Si no encuentras todo eso en tu amigo, entonces quizás no deberías llamarle así. Porque un amigo tiene que reunir todo esto, sino solo es un colega de fiesta, un conocido y alguien de la pandilla, no tu amigo.
 
Una vez tengas claro quién es tu amigo de verdad, cuídalo, pero eso no significa que si hace algo mal se lo digas. Respétalo, pero párale los pies si va a cometer un grave error. Quiérele, pero grítale si piensas que va a ser lo mejor para él.
 
Pero quizá lo más importante en tu relación con tu amigo es no tener miedo a equivocarte. Quien es tu amigo te sabrá perdonar y entenderlo. Nadie es perfecto y un amigo lo sabe bien. Porque a un amigo se le quiere por sus defectos, no por sus virtudes. Todos tenemos virtudes, pero son los defectos los que nos hacen distintos.
 
Eso sí, nunca y digo nunca, hagas algo a un amigo que no quisieras que ese amigo te hiciera a ti. Compréndele, pues el merece que te pongas en su lugar para entender que le pasa.
 
Un amigo de verdad te regañara, se enfadara contigo por algo que hayas hecho mal, te mandara al barro para que veas lo que has hecho, pero finalmente te dará la mano y sonreirá para sacarte del apuro, pues al fin y al cabo jamás te dejara tirado, pues es tu amigo.
 
Y no quería terminar sin haceros notar una cosa que os resultara obvia, la repetición de la misma palabra una y otra vez. Si contáis todas las veces (incluyendo la próxima) que he dicho la palabra amigo, os saldrá un total de 46. Este es la cifra que tiene si asignamos a cada letra un valor numérico según su posición en el abecedario y las sumamos todas.
 
Esto es muy importante, pues será el único número que podréis ponerle, pues la amistad no tiene precio. De hecho si sumáis las dos cifras de 46 os dará un 10, lo que se merece toda buena amistad. Así que la próxima vez que alguien os pregunte por lo que vale alguien tan cercano a vosotros, yo lo tengo claro, siempre responderé...
46.

1 comentario:

  1. Jejeje, hay que ver lo hondo que te llegó que dijera que eres mi mejor amigo en el Salón del Manga. Si te me has puesto profundo y todo!!
    Ná, bonita entrada. Un beso

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