martes, 19 de febrero de 2013

Lo malo no puede empañar algo bueno

Hay veces en la vida que haces cosas de forma automática y un día te paras a pensar que si lo que estas haciendo es lo correcto. Tomas decisiones que crees apropiadas, y sigues haciendo cosas de forma corriente, sin estimar más el alcance de lo que haces.
 
Hacer lo correcto parece fácil, es solo no desviarse de la linea que traza el camino de lo bueno, lo legal, lo permitido. Algo sencillo, y que en cambio implica mucho más de lo que aparentemente es.
 
Como sabes que realmente estas haciendo algo bueno, en que momento una bombilla, una flecha o cualquier otro símbolo claro nos indica que esta bien la forma de actuar que tenemos. Nos tenemos que guiar por las reacciones de los demás, o eso tampoco indicara nada.
 
Las dudas surgen siempre con el tiempo, pues una buena actuación es fácil de comprobar, las reacciones suelen ser positivas cuando haces algo que esta bien y negativas cuando no.
 
Y aquí llegamos al tema que me preocupa, y es la facilidad que se tiene para acostumbrarse a ciertas cosas lo que impide que a la larga se identifiquen correctamente las buenas y las malas acciones.
 
La gente se acostumbra a comportamientos, atenciones, recordatorios, gestos, regalos. Todo esto crea una adicción, una poderosa sensación de que todo debe ser así. De esta forma lo que al principio resultaba algo bueno, finalmente resulta algo normal y no se aprecia debidamente lo que sucede.
 
Lo mismo sucede a la inversa, pues cuando te hacen algo malo, se olvidan de ti, te hacen cosas que duelen, todo eso resulta muy sencillo decir que esta mal. Pero que pasa cuando esto se convierte en costumbre, que ya no se aprecia como un castigo o algo malo, solo como rutina.
 
Al juntar esto, descubrimos que dos personas diferentes haciendo una cosa buena siempre, y la otra algo malo continuamente, el día que se invierten y el bueno hace algo malo, y el malo hace algo bueno, todo se magnifica.
 
Para aclararnos, el día que el bueno llegue tarde a una cita con su novia, después de un año de regalos, besos, cartas, poemas y puntualidad. Ese día la chica dirá que él ha perdido el romanticismo y que ya no la quiere como antes y que si le parece bien hacerla esperar así.
 
El malo, que siempre llega tarde a todas sus citas con su novia, lleva un año con ella, y no ha tenido ni un bonito gesto hacía ella, la cual ya se acostumbro. Pero un día le regala algo y llega puntual. Para su novia sera el mejor novio del mundo y sera muy romántico
 
En ambos casos, la costumbre y el historial marcan mucho más que la acción mencionada, pero en vez de ayudar a uno a salir del apuro y al otro a no librarse de la bronca habitual, el pasado vuelve para hundir al bueno y ensalzar al malo.
 
Si lo piensas detenidamente y desde fuera, no se ha ganado el bueno algo de crédito para compensar un error y el malo no desmuestra que puede hacer cosas buenas y que por tanto sus malos actos son todavía más egoístas.
 
Pero claro, desde fuera es como una película, que esta claro que la prota guapa y fascinante acabara con el chico tímido, pero casualmente guapo, que con unos arreglillos se las llevaría de calle.
 
Aunque la vida no es una película que podamos verla desde fuera y darnos cuenta del error que el resto del cine nos grita que no cometamos. Aun así nunca lo evitamos, castigamos más al bueno por un error, que al malo por el mismo.
 
Realmente así es difícil saber que es en verdad lo que hay que hacer para seguir las buenas acciones. Hacer cosas malas y ensalzarse con alguna buena que nos eleve como una gran persona. O matarse siempre a ser buena gente, y el día que te equivoques sentir todas las miradas clavadas en ti mientras sus ojos furiosos te sondean mentalmente y te preguntan porque eres tan malo.
 
Tenemos la sensación de que la costumbre es una poderosa aliada, unas alas que recordara el historial de bondad que arrastramos para sacarnos de apuros en el futuro, y una pesada losa que haga que el malo cargue con su responsabilidad durante largo tiempo para que escarmiente.
 
Pero nunca son las cosas así de bonitas, no en la vida. Los malos lavan su mala prensa con un buen gesto, y los bondadosos empañan su carrera con una sola mancha. Si se puede perdonar a una persona por hacer algo bueno y compensar así sus malos actos, porque alguien bueno no puede refugiarse en que es un error sin más el que cometió y que es solo una mancha.
 
A veces un hombre bueno se ve obligado a tomar malas decisiones porque son lo menos dañino que se puede escoger, o porque piensa equivocadamente que es lo mejor. Lo bueno no debe compensar lo malo sin más y...
lo malo no puede empañar algo bueno.

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