sábado, 15 de octubre de 2011

Aunque vuelva a caer

La vida es una compleja red de decisiones y de vivencias que nos hacen caminar hacía el futuro. Aunque hay veces que se hace más cuesta arriba debido a los imprevistos.

Afrontemoslo, vivir la vida requiere valentía y arrojo, sobre todo cuando parece que el mundo se mueve en tu contra. No es egocentrismo pensar que todo lo malo te pasa a tí. Es un hecho que hay personas en el mundo que lo están pasando peor que tú, pero cuando tocas fondo y parece que el mundo en el que estas se limita a un agujero, realmente piensas que estas en lo peor de todo.

La percepción cerrada de esa persona procede de estar en un campo de visión que no abarca más allá de el pozo en el que se encuentra. No podemos creer que alguien que vive en la oscuridad puede encontrar el interruptor de la luz.

Tocar fondo provoca diferentes efectos en la gente, todo depende de sus verdaderas ganas de seguir adelante. Pero seas como seas, para salir, indiferentemente del tiempo que hayas pasado dentro, todo empieza con levantarte.

Se que resulta muy típico el decir que te levantes tras haber caido, pero es así, si te caes, para seguir adelante tienes que levantarte, desde el suelo es muy dificil andar y muy costoso, y sobre todo, se pierde perspectiva del camino a seguir.

La vida es como un camino de tierra, tiene sus altibajos, sus baches, a veces resulta solitario, y otras, parece que todo el mundo viaja por un camino más comodo que el tuyo. Y aquí llegamos a un problema inherente al ser humano, la envidia. Pero mejor dejaremos ese tema para otro día.

Debemos pensar en la vida como un camino en el que nunca se puede retroceder, solo podemos avanzar. Sabiendo esto es importante plantearse siempre recorrer el camino, guardar lo aprendido y atesorar los recuerdos como los grandes momentos que vivimos, no como un ancla que no nos deja avanzar y disfrutar de nuevas experiencias.

Hay tantas cosas que decir sobre la vida, sobre cada instante que se atesora, las grandes cosas que quedan por delante, las decepciones que hacen que los momentos bonitos sean tan dulces. Podría llenar páginas, hojas enteras sobre lo bello que es vivir, pero en vez de dar razones, prefiero solo dejar una reflexión.

Cuando parece que la vida no merece la pena, que todo esta en tu contra, que las cosas no te salen bien y el mundo parece conspirar contra ti para hundirte, ponte de pie, siente la sangre caliente circulando por tus venas, bombeando con fuerza por tus arterias, como el aire entra y sale de tus pulmones, como sientes tu cuerpo desde la cabeza a los pies. Piensa en la maquinaría tan compleja que resulta tu cuerpo, la cantidad de cosas que puede sentir. Ahora date cuenta que ya estas de pie y que si te dejas hundir, no podrás sentir todas las que cosas que te esperan fuera, solo tendrás un gran vació en tu interior. Y recuerda, que este bienestar empezo al hacer algo tan simple como levantarte y ponerte de pie.

Yo a veces me caigo y me cuesta levantarme, hay veces que duele volver a ponerse en pie. Pero tengo claro que nunca me quedare tumbado, no cejare en mi empeño de ponerme en pie tantas veces como la vida me derribe. Seguire de pie...
aunque vuelva a caer.

sábado, 1 de octubre de 2011

Soy yo el responsable

Tenemos que ser responsables con nuestras acciones. Tomamos muchas veces esto como el quedarte a cargo de algo y que te digan que te tienes que ocupar de ello. Pero no, no se trata solo de responsabilizarse de la gente o de las cosas, también hay que responsabilizarse de las acciones de cada uno.

Lo que hacemos no solo nos afecta a nosotros, sino también a los que nos rodean. Nuestras actitudes hacía las actividades cotidianas o sorprendentes de la vida influyen en las demás personas. Si nosotros hacemos ciertas cosas que resulten molestas, no se puede pedir a otra persona que deje de hacer lo que nos molesta.

 A veces resulta difícil distinguir si hacemos las cosas bien o si estamos fallando en algo. Estar tan cerca de la acción no nos da perspectiva. Reflexionar siempre viene bien, es un primer paso para darse cuenta de las cosas que se nos da bien y en las que fallamos.

Nuestros actos también marcan la conducta de otras personas que nos rodean. Si estas otras personas ven que tenemos un tipo de comportamiento pernicioso hacía otra gente o situaciones, podrían acabar asumiendo que es algo normal y que no solo esta bien visto hacerlo, sino que deberían hacerlo para no ser distintos al resto.

Muchas veces se infravalora la capacidad de las personas para acoplarse a un tipo de comportamiento por ser el que siempre están viendo, de tal forma que lo asumen como correcto pese a que no este bien y sepan que no esta bien. Esto es debido a la necesidad de encajar en el grupo al que perteneces, con la gente que te gusta.

Por este motivo debemos ser responsables con la forma de comportarnos y de actuar, pues pueden influir en otras personas, marcando que entiendan que las cosas mal echas, están mal echas, pero que se pueden hacer. 

Sino creéis que esto os pueda pasar, os animo a reflexionar sobre el hecho de que alguna vez hayáis dado la indicación a una persona de que no haga o digo algo, y esta os haya respondido: "pero si tu lo haces". Esa respuesta que te deja sin demasiados argumentos, indica que, pese a que tu no lo sepas, tus actos son vistos por otra gente. Por tanto debes cuidar de lo que haces, pues otras personas pueden acabar imitando tus malas acciones, solo porque no supiste enseñar lo que no esta bien.

Yo trato de hacer las cosas bien, y sé que no lo consigo siempre. Pero una cosa sé, cuando alguien me dice: "pero si tu lo haces", yo siempre respondo: "pues entonces lo que yo hago esta mal, y no deberías seguir mi ejemplo".

Puede que con el tiempo vayan mejorando mis actitudes y no sea un mal ejemplo. Siempre tendré cuidado con lo que haga y con lo que diga, pues de todas esas cosas y de lo que aprendan los demás de ellas...
soy yo el responsable.