lunes, 16 de abril de 2012

Esto cuesta

Llevo mucho tiempo queriendo escribir sobre lo difícil que me resulta a veces sentarme delante del ordenador y empezar a escribir algo. Lo que me cuesta es empezar un tema, pero una vez en el parece que todo va surgiendo. Pero lo complicado de todo esto es tratar de escribir sobre cosas que puedan aportar algo al lector, que le hagan pensar, darse cuenta quizá de situaciones que daba por sentadas, o solo ayudarle a reflexionar sobre diversas cosas.

Este blog me ayuda a marcarme un objetivo, tratar de sacar todo lo que yo he ido aprendiendo con los años y transmitirlo a otras personas. Creo que aunque alguien no alcance la fama, no sea reconocido por la calle, ni figure en los libros de historia, siempre puede dejar su huella en este mundo.

Ser inmortal no es una utopía, no si consigues hacer algo para que te recuerden. Yo pienso que tratar de hacer pensar al lector es mi forma de dejar una pequeña marca en este planeta.

Esto resulta un poco pretencioso, pero realmente nada llena más que una sola persona te comente que lo que publicaste en tu blog le hizo pensar y darse cuenta de cosas que ni había pensado que eran así.

La fama hoy en día es efímera, como el agua que puedes contener con tus manos. Este mundo en el que la información va y viene al ritmo de los bytes y donde nada dura en la mente colectiva más de una semana, lo único que deseo es que pueda servir, aunque solo sea a una única persona.

El proyecto inicial siempre fue este, transmitir mi forma de pensar y a la vez hacer pensar a las personas que lo leían. No se trata de compartir mi visión, ni de que mi planteamiento tenga o no razón, solo que hiciera detenerse al lector y pararse a mirar a su alrededor.

No hay que tomarlo como un libro de autoayuda, ni nada por el estilo. Yo prefiero considerarlo ese pequeño momento de descubrimiento interior, cuando miras dentro de ti y descubres cosas que no sabias que existían, o capacidades que creías ocultas o insistentes.

Muchas veces miro en la calle a mi alrededor y veo gente estresada, enfadada, que no es capaz de pararse a disfrutar, a ver la realidad, que se ciegan en su propio mundo y así cierran la puerta a todo lo demás. Cuando les observo siento lastima, no por su auto aislamiento, sino por no poder ayudarles a darse cuenta de que mientras su mente se concentra solo es cosas horribles, sus ojos no son capaces de admirar la belleza que pasa a su alrededor.

Este parón en las publicaciones que acostumbro a hacer es para recordar algo que siempre digo: "parate, y disfruta".

A lo que hoy quiero que deis vueltas es a estas tres palabras que os acabo de mencionar. Que os deis cuenta de lo grandioso que es cada momento que pasa, estéis donde estéis, pararos, mirar alrededor y daros cuenta de la cantidad de cosas que se aglomeran, olores, vistas, sonidos, que todo ese complejo de cosas crean momentos únicos e irrepetibles, que la vida se basa en lo efímero que es el tiempo y en la belleza que eso supone.

Pero eso os lo dejo para otro día, cuando las musas me inspiren, cuando las palabras broten como mana de una fuente mágica. Porque, para ser sincero...
esto cuesta.

lunes, 2 de abril de 2012

Disfruta del día

Hay días en los que cuesta levantarse. Son esos momentos en los que piensas que estas mejor tumbado en la cama, que no haciendo nada por ahí. Crees que levantarse no sirve para mucho, pues no hay nada que desees hacer.

En días así lo mejor es levantarse, desayunar tranquilamente, disfrutar de esta primera comida, paladearla, no tener prisa. Dejar que la cosa avance lentamente para que tu cuerpo sea el que te pida movimiento.

Verdaderamente, los días así solo te apetece tirarte debajo de un árbol, sobre la verde hierba, dejar que el sol entre timidamente entre las ramas, cerrar los ojos y escuchar solo los sonidos de la naturaleza, acurrucándote. Disfrutar de ese aire que lleva lo justo para refrescarte, aliviando el calor, y dejándote en un estado que te duermes sin apenas desearlo.

Pero desgraciadamente la vida no es tan amable, pues muchas veces ocurren estos días en momentos en los que eso es puro idilio. Ya sea porque no hay tiempo para eso, porque el día es lluvioso y resulta imposible, o por el contrario hace tanto calor, que a no ser que hubiera un ventilador gigante a tu lado, ni un huracán te quitaría esa temperatura tan opresora.

Para mi, lo mejor es disfrutar en cada momento de lo que se tiene a mano. Si llueve, disfrutar del olor de la tierra y la hierba mojada, si hace calor, sal a tomarte algo fresquito en la terraza, a la sombra y disfruta de la tranquilidad que da el verano. Si no tienes tiempo, atesora estos momentos frenéticos y que tu cuerpo no pare de bombear sangre, hasta que a la noche, encuentres tu merecido descanso en los brazos de tu cama, que apenas sin querer, te mecen y te duermen hasta la mañana siguiente.

Los días siempre pasan sin poderlo remediar, lo que importa es que al llegar la noche sientas que hoy ha sido un gran día, ya sea porque has hecho muchas cosas, porque te has divertido, o porque has hecho lo que tenías pensado hacer, disfrutar del día.

Hoy lo importante no es aprender nada, ni ser más sabios. Hoy lo importante es que disfrutes, y sepas que siempre puedes pararte y respirar. Lo que nunca te dije es...
disfruta del día.