lunes, 15 de agosto de 2011

Un cambio

Los cambios son algo inherente a la vida. Desde que somos pequeños estamos en una carrrera por realizar una serie de transiciones físicas para convertirnos en adultos. Estos cambios no son más que el prolegómeno para que nuestra mentalidad se modifique y acabe progresando.

Pero no quiero hablar de crecer y madurar, quiero hablar de los cambios. Esas cosas que dejan de ser lo que erán, a veces por decisión propia, y otras porque no queda más remedio. Puede que seán para bien, y muchas veces es para mal, pero no queda más opción que afrontarlo.

Cambiar es algo que siempre da miedo. Te acostumbras a una rutina, una forma de hacer las cosas, y al final algo trastoca todo tu mundo. Da lo mismo que te guste cambiar continuamente porque te aburres de la rutina, o que hasta el más minimo cambio resulte una molestía a la organización diaria de tu vida. El cambio siempre asusta, aunque sea para bien. Oyes esa voz en tu cabeza que te dice que todo es para mejor, que las adversidades se superan, pero algo en el fondo de tu ser te recuerda que lo que deseas puede no ser tan bueno cuando se haga realidad, que los cambios pueden ser para peor.

El cambio, ese gran enigma que se esconde tras unos sucesos que siempre consideramos controlados. ¿No es acaso parte de la vida ese cambio? Al principio hablaba de que al nacer y crecer ya pasamos por cambios, pero no es algo que se quede ahi. Maduramos, alcazamos la plenitud, envejecemos, no paramos de cambiar y de adaptarnos. El cambio forma parte de la vida.

Pero que sea algo natural al hecho de estar vivo, como el nacimiento, el crecimiento, la muerte, no implica que no siga asustando. Y que siga asustando es bueno, porque te hace sentirte conectado a la vida, porque en el fondo todos necesitamos esa sensación de angustía en el estomago.

Cambiar es avanzar, y siempre hay que avanzar en el camino del destino. Ya sea el camino que nos lleve a la felicidad, a una vida mejor, o simplemente al futuro.

El cambio me asusta, hace que se me encoja el estomago y que mi mente viaje rapidamente por todas las posibilidades de lo que puede salir mal. Siento un nudo que no me deja tragar, un peso que no me quito de encima y no puedo dormir tranquilamente. Pero es algo que me gusta, porque me hace sentir vivo.

Un cambio es algo inevitable, y por tanto aprendes a vivir con ello, y a disfrutar, pues acaso ¿un cambio no trae nuevas opciones a tu vida? ¿no es un cambio el medio para mejorar? ¿si buscamos la felicidad no nos enfrentamos a un cambio en nuestra rutina?

Con estas preguntas finaliza el primer articulo de este blog. Es algo nuevo que hago, es algo distinto, es...
un cambio.

1 comentario:

  1. Muy cierto, la vida es cambio. ¿Algo concreto te ha llevado a hacer esta reflexión?

    ResponderEliminar