miércoles, 2 de noviembre de 2011

Te abrazo

Que pasa cuando te quedas sin nada que decir, sin nada que opinar, cuando no sabes que responder a una pregunta que parece tan fácil de contestar, si eres tú quien la formula.

Muchas veces nos cuesta abrir el corazón y ser sinceros con nosotros mismos. Por tanto no es de extrañar que nos cueste abrirnos a otras personas y decirles lo que de verdad sentimos.

Puede que sea porque esta sociedad nos acostumbra a no mostrar lo que sentimos de verdad, porque es muestra de debilidad, porque te pueden hacer daño, por tantos motivos que cada uno elije el suyo a la hora de refugiarse en su interior.

Somos personas cerradas, podemos mostrar mucho cariño y emotividad, pero a la hora de la verdad, no somos del todo sinceros con los sentimientos. Donde están los te quiero, te amo, me encanta estar contigo, eres mi mejor amigo, que haría yo sin ti, que durante tanto tiempo pobló la tierra y que hoy en día solo calificamos de ñoños y de tonterías.

Nos da miedo mostrar afecto en publico, o es solo cuando la ocasión es propicia. Porque cuando todo el mundo se abraza no nos importa abrazar a otra gente, pero en cambio, si estamos solos con un grupo de conocidos, nos cuesta tanto dar ese paso y abrazar a otra persona.

Quizá relacionamos las muestras publicas de afecto con lo que hacen los niños cuando se apegan a sus padres, como muestras gratuitas de cariño que enmascaran una dependencia de la otra persona. Pero ¿por qué ser así? Porque no podemos hacer lo que nos dicte el corazón y ser generosos con el cariño hacía otras personas.

Hay que darse cuenta que ese abrazo que tanto te cuesta dar, puede ser la solución para que alguien que tenga un mal día, solo con ese gesto puedes alegrar a una persona. Tan simple como abrir los abrazos y estrechar entre ellos a una persona querida.

Pero no es solo generosidad para otras personas, también el sentir que estas animando a otra gente, dándoles tu cariño, demostrándoles que estas ahí para lo que sea, es un calor que te recorre el cuerpo y lo llena de una satisfacción por ayudar al prójimo que resulta indescriptible.

Así que la próxima vez que veas que alguien necesite un abrazo, piensa en que pasaría si a ti te lo dieran cuando estas mal, y descubrirás que no importa lo que piense el resto, que lo importante de verdad es hacer lo que sale de tu corazón y lo que sabes que en el fondo esta bien.

Puede que un intento de escritor como yo penséis que nunca se queda sin nada que decir. Pero a veces no te salen las palabras para expresar lo que quieres decir. Algunas veces solo te quedas como si dijeras lo que dijeras, nada fuera lo suficiente para mostrar lo que tienes en tu interior.

Cuando no puedo decir nada, o no se como expresarme, solo hago lo que creo oportuno...
te abrazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario