sábado, 1 de octubre de 2011

Soy yo el responsable

Tenemos que ser responsables con nuestras acciones. Tomamos muchas veces esto como el quedarte a cargo de algo y que te digan que te tienes que ocupar de ello. Pero no, no se trata solo de responsabilizarse de la gente o de las cosas, también hay que responsabilizarse de las acciones de cada uno.

Lo que hacemos no solo nos afecta a nosotros, sino también a los que nos rodean. Nuestras actitudes hacía las actividades cotidianas o sorprendentes de la vida influyen en las demás personas. Si nosotros hacemos ciertas cosas que resulten molestas, no se puede pedir a otra persona que deje de hacer lo que nos molesta.

 A veces resulta difícil distinguir si hacemos las cosas bien o si estamos fallando en algo. Estar tan cerca de la acción no nos da perspectiva. Reflexionar siempre viene bien, es un primer paso para darse cuenta de las cosas que se nos da bien y en las que fallamos.

Nuestros actos también marcan la conducta de otras personas que nos rodean. Si estas otras personas ven que tenemos un tipo de comportamiento pernicioso hacía otra gente o situaciones, podrían acabar asumiendo que es algo normal y que no solo esta bien visto hacerlo, sino que deberían hacerlo para no ser distintos al resto.

Muchas veces se infravalora la capacidad de las personas para acoplarse a un tipo de comportamiento por ser el que siempre están viendo, de tal forma que lo asumen como correcto pese a que no este bien y sepan que no esta bien. Esto es debido a la necesidad de encajar en el grupo al que perteneces, con la gente que te gusta.

Por este motivo debemos ser responsables con la forma de comportarnos y de actuar, pues pueden influir en otras personas, marcando que entiendan que las cosas mal echas, están mal echas, pero que se pueden hacer. 

Sino creéis que esto os pueda pasar, os animo a reflexionar sobre el hecho de que alguna vez hayáis dado la indicación a una persona de que no haga o digo algo, y esta os haya respondido: "pero si tu lo haces". Esa respuesta que te deja sin demasiados argumentos, indica que, pese a que tu no lo sepas, tus actos son vistos por otra gente. Por tanto debes cuidar de lo que haces, pues otras personas pueden acabar imitando tus malas acciones, solo porque no supiste enseñar lo que no esta bien.

Yo trato de hacer las cosas bien, y sé que no lo consigo siempre. Pero una cosa sé, cuando alguien me dice: "pero si tu lo haces", yo siempre respondo: "pues entonces lo que yo hago esta mal, y no deberías seguir mi ejemplo".

Puede que con el tiempo vayan mejorando mis actitudes y no sea un mal ejemplo. Siempre tendré cuidado con lo que haga y con lo que diga, pues de todas esas cosas y de lo que aprendan los demás de ellas...
soy yo el responsable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario